jueves, 14 de diciembre de 2017

TEAF, Trastrono del espectro alcohol fetal


Existe evidencia clara sobre la capacidad del alcohol como teratógeno para interrumpir o alterar el desarrollo del embrión o feto en cualquiera de las etapas de gestación.

El 60% de las embarazadas han consumido alcohol durante la gestacion.

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Los efectos directos producidos sobre el embrión o el feto en desarrollo por el consumo materno de alcohol durante la gestación, se conocen bajo la denominación genérica de Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).

Entre ellos, el más destacable es el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), por ser el más grave aunque no el más frecuente. El consumo de alcohol durante el embarazo es la causa prevenible más importantes de trastornos cognitivos en general y retraso mental en particular.

¿Cuáles son las señales de alerta?

Los niños afectados por el consumo de alcohol durante la etapa de gestación se caracterizan por un cuadro muy variado de síntomas que van desde aspectos físicos hasta aspectos psicológicos y sociales.

Entre los más graves, el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) presenta malformaciones faciales y cursa generalmente con retraso mental. Sin embargo, la investigación ha demostrado que muchos niños afectados por el consumo de alcohol de la madre no presentan las características del SAF y  si una gran variedad de problemas neurológicos, de atención, aprendizaje que llevan a plantear otras categorías diagnósticas que se engloban dentro de los Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).

El déficit en la función ejecutivaha sido implicada como uno punto  cardinal en TEAF. La función ejecutiva  se refiere al proceso cognitivo de orden superior implicado en el pensamiento y la acción bajo el control consciente realizada necesariamente para alcanzar un objetivo o meta. Habilidades como la planificación, la inhibición conductual, memoria de trabajo, búsqueda organizada, sistema de desplazamiento, el empleo de estrategia, pensamiento flexible y la fluidez son aspectos de la función ejecutiva. La función ejecutiva se cree que está localizada en la corteza frontal, y se ha descrito que la exposición prenatal al alcohol afecta negativamente al desarrollo de la corteza frontal.

¿Qué prevalencia tiene el TEAF?

La prevalencia del Síndrome Alcohólico Fetal en países occidentales está reconocida entre el 0,5 y el 2 por 1000 nacidos (En España se habla de 2 por 1000). La prevalencia del conjunto de trastornos TEAF se estima entre 3 y 5 veces superior a SAF.

Forma de detección y diagnóstico:

Para una intervención eficaz es necesaria la detección y diagnostico precoz. En muchos casos cursa inicialmente como un retraso psicomotor que poco a poco evoluciona en una u otra dirección, en función de las variables contextuales y los programas de intervención que se puedan activar.

Para el diagnóstico de TEAF o SAF, como es obvio, se requiere la confirmación del consumo de alcohol por parte de la madre. Se disponen de cuestionarios (AUDIT, CAGE, TWEAK, T-ACE, MAST, etc.) sobre estilos de vida que de forma indirecta o directa preguntan sobre el consumo de alcohol, a partir de los cuales se puede iniciar un trabajo psicológico de reconocimiento del consumo sin implicar culpabilización.

Los casos más difíciles de diagnóstico son las formas menos evidentes del trastorno donde no existen marcadores físicos manifestados. La mayoría de estos casos no se detectan hasta que se evidencian los trastornos del desarrollo al empezar la escolaridad obligatoria.

Intervención

No existe ningún programa de estimulación particular para los TEAF. La forma de trabajar es sintomática y  los programas de intervención que se desarrollen serán los que se precisen en función de la alteración cognitiva que se detecte.

Es muy importante la intervención familiar con la finalidad de controlar las variables contextuales y sociales que pudieran estar presentes en el caso de persistencia de consumo de alcohol.

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