jueves, 2 de noviembre de 2017

Litiasis renal y colico renal


https://drive.google.com/open?id=0B4IyvjOZ_MLBWG1iWDk1RTYzeXM

 Se recomienda realizar estudios radiológicos pasados los 7 días del episodio agudo (Wright PJ, 2002), siempre que no haya motivos para derivar a urgencias.












Exploraciones complementarias (Bultitude M, 2012):
  • Tira reactiva y/o urinoanálisis: aunque la presencia de hematuria ayuda al diagnóstico, su presencia o ausencia no es suficientemente sensible o específica para el diagnóstico (Thomas M, 2007). Un 14,5-32,7% de los cólicos nefríticos no presentan hematuria (Press SM,1995; Xafis K, 2008). La presencia de leucocitos o nitritos nos indicará infección. Si no se puede obtener el urinoanálisis y/o la tira reactiva, la clínica es suficiente para actuar. En algunos casos el urinoanálisis nos puede ayudar a la identificación de cristales, presencia de bacterias y/o piuria.
  • Urocultivo: no indicado excepto ante la presencia de fiebre asociada o de nitritos y leucocitos en la tira de orina.
  • Análisis de sangre: no indicados en periodo agudo, incluso con una función renal dentro de la normalidad no se descarta obstrucción.
  • Exploraciones complementarias de imágenes: se recomienda realizar estudios radiológicos pasados los 7 días del episodio agudo (Wright PJ, 2002), siempre que no haya motivos para derivar a urgencias.



Cólico nefrítico agudo:
  • Se recomienda usar diclofenaco 75 mg i.m. (calma el dolor en 20-30 minutos y disminuye admisiones a urgencias) (Hodgate A, 2004).
  • El metamizol i.m. no ha demostrado ser mejor que el diclofenaco (Edwards JE, 2002).
  • No se recomienda usar opiáceos (especialmente la petidina) por la mayor probabilidad de vómitos y mayor uso de fármacos de rescate (Holdgate A, 2003).
  • El calor local con una esterilla eléctrica a 42 ºC parece ser efectivo en la disminución del dolor y las náuseas (Kober A, 2003).
  • Ingesta hídrica: no puede establecerse ninguna recomendación sobre la efectividad de aumentar la ingesta hídrica. Esta medida tiene como finalidad acelerar el paso de los cálculos y mejorar los síntomas pero existen escasas evidencias sobre su efectividad. Los autores de la revisión comentan los posibles efectos desfavorables de la sobrecarga de volumen en un paciente con la vía urinaria obstruida aconsejando prudencia en el uso de esta medida (Springhart WP, 2006; Worster A, 2012).
  • Siete días de tratamiento con diclofenaco oral (Laerum E, 1996) reducen las recidivas y las admisiones a urgencias si comparamos con la opción de sólo tratar si hay dolor.
  • Los alfa-bloqueantes (tamsulosina, doxazosina, terazosina) o los bloqueantes de los canales de calcio (nifedipino) aumentan las tasas de expulsión, sobre todo de aquellas litiasis mayores de 5 mm (Seitz C, 2009). Las últimas evidencias apuntan a que la administración de alfabloqueadores en pacientes con cálculos ureterales <10 mm acortan el periodo y aumentan la probabilidad de expulsión del cálculo. Aunque estos fármacos pueden producir efectos adversos, habitualmente son leves y no obligan a interrumpir el tratamiento (Campschroer T, 2014). Por lo tanto, los alfabloqueadores se deben ofrecer como parte del tratamiento expulsivo médico.
  • Si la analgesia no ha hecho efecto en 1 hora, y si la clínica es típica, podemos repetir la analgesia. Si no remite, plantear derivación al hospital.
  • Filtrar la orina para identificar la expulsión del cálculo.
Se recomienda derivar al hospital cuando (Wright PJ, 2002):
  • La analgesia con AINES no ha hecho efecto en 1 hora, por riesgo de afectación de la función renal debido a la obstrucción persistente.
  • Náuseas refractarias al tratamiento.
  • Fiebre, infección o anuria.
  • Enfermedades debilitantes.
  • Mayores de 60 años.
  • Embarazadas (Tiselius HG, 2008).
  • Riñón único funcionante o trasplantados.
  • Causas que limitan la analgesia como úlcera duodenal, sangrados, etc., se podría utilizar protección gástrica o un tratamiento alternativo como el metamizol.

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