jueves, 16 de noviembre de 2017

Hombro doloroso, exploración

El dolor de hombro es una consulta frecuente en la práctica clínica en atención primaria. El tratamiento habitual se basa en antiinflamatorios no esteroideos (AINE), reposo, rehabilitación y como alternativa inyección local en la articulación.



Se ha estimado que el 20%1 de la población general sufrirá dolor de hombro a lo largo de su vida con una prevalencia que puede alcanzar hasta el 50%2 siendo una enfermedad frecuente en las consultas de atención primaria. Esta entidad es responsable de aproximadamente el 16% de todas las dolencias musculoesqueléticas únicamente por detrás de los pacientes con dolor lumbar.
El «síndrome de hombro doloroso» es una enfermedad frecuente e incapacitante, de etiologías diversas y diagnóstico complejo, siendo más común en la población femenina, y sobre todo a partir de la quinta década de vida3. La prevalencia aumenta con la edad, algunas profesiones y ciertas actividades deportivas.
Aunque la etiología es variada podemos dividirla en 3 causas fundamentales: periarticulares, articulares y causas extrínsecas (tabla 1).

Tabla 1.
Etiología del hombro doloroso
Periarticulares 
Tendinitis del manguito de los rotadores 
Rotura del tendón del manguito de los rotadores 
Tendinitis bicipital 
Rotura del tendón largo del bíceps 
Articulares 
Hombro congelado (capsulitis adhesiva) 
Artritis inflamatoria 
Artritis microcristalina 
Luxación, subluxación 
Causas extrínsecas 
Origen vascular o somático 
Tumor Pancoast, neumotórax 
Disección aorta, cardiopatía isquémica 
Ateroesclerosis, vasculitis, aneurismas 
Origen neurológico 
Lesiones medulares, atrapamiento de nervios periféricos 
Fibromialgia 
Algodistrofia 

jueves, 9 de noviembre de 2017

Plan pirasoa



 Sesion por Luis Garrido
  • En atención primaria:
    • Disminución de la incidencia de colonización por E. coli BLEE.
    • Reducción de la presión antimicrobiana global expresada en DDD/1000 tarjetas sanitarias día con respecto al mismo periodo de los años 2014 y 2015
    • Optimización del perfil de prescripción, destacando la reducción del uso amoxicilina/clavulánico y el aumento de fosfomicina. La presión de amoxicilina y quinolonas se mantiene estable con cambios estacionales.
    •  
  • En los hospitales: 
    • Mejoría en el seguimiento de las recomendaciones para la higiene de manos y en el cumplimiento de las medidas preventivas en neumonia ZERO.
    • No incremento o disminución en la densidad de aislamientos de bacterias multirresistentes.
    • Continúa la reducción de la presión antimicrobiana global del ámbito hospitalario expresada en DDD/1000 estancias día se ha reducido en el 4T_2016 respecto al mismo 3 trimestre de los años previos, con una disminución considerable desde 2014. Este hecho se repite para los distintos niveles de complejidad.
    • Optimización del perfil de prescripción. En general, disminuye el uso de todos los antimicrobianos de amplio espectro, destacando el de carbapenemas y quinolonas.
    • Esta reducción de la presión antibiótica no ha influído en la mortalidad cruda por bacteriemias de E. coli y S. aureus se ha mantenido estable a lo largo del tiempo.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Taller de inmovilizacion , uso de ferulas .


Taller de inmovilizacion , impartido por Drª Adoracion Corral y Tecnico en emergencias sanitarias Juan Francisco Rivas.-

 Las férulas hinchables son de material plástico o de caucho. Lo ideal es que sean transparentes para ver el aspecto del miembro durante el traslado y detectar posibles sangrados.
Tienen la forma del miembro que queremos inmovilizar; poseen una válvula para su apertura y cierre que puede ser de rosca, o de tracción y presión. Para facilitar su colocación tienen una cremallera a lo largo.

Colocación

jueves, 2 de noviembre de 2017

Litiasis renal y colico renal


https://drive.google.com/open?id=0B4IyvjOZ_MLBWG1iWDk1RTYzeXM

 Se recomienda realizar estudios radiológicos pasados los 7 días del episodio agudo (Wright PJ, 2002), siempre que no haya motivos para derivar a urgencias.












Exploraciones complementarias (Bultitude M, 2012):
  • Tira reactiva y/o urinoanálisis: aunque la presencia de hematuria ayuda al diagnóstico, su presencia o ausencia no es suficientemente sensible o específica para el diagnóstico (Thomas M, 2007). Un 14,5-32,7% de los cólicos nefríticos no presentan hematuria (Press SM,1995; Xafis K, 2008). La presencia de leucocitos o nitritos nos indicará infección. Si no se puede obtener el urinoanálisis y/o la tira reactiva, la clínica es suficiente para actuar. En algunos casos el urinoanálisis nos puede ayudar a la identificación de cristales, presencia de bacterias y/o piuria.
  • Urocultivo: no indicado excepto ante la presencia de fiebre asociada o de nitritos y leucocitos en la tira de orina.
  • Análisis de sangre: no indicados en periodo agudo, incluso con una función renal dentro de la normalidad no se descarta obstrucción.
  • Exploraciones complementarias de imágenes: se recomienda realizar estudios radiológicos pasados los 7 días del episodio agudo (Wright PJ, 2002), siempre que no haya motivos para derivar a urgencias.



Cólico nefrítico agudo:
  • Se recomienda usar diclofenaco 75 mg i.m. (calma el dolor en 20-30 minutos y disminuye admisiones a urgencias) (Hodgate A, 2004).
  • El metamizol i.m. no ha demostrado ser mejor que el diclofenaco (Edwards JE, 2002).
  • No se recomienda usar opiáceos (especialmente la petidina) por la mayor probabilidad de vómitos y mayor uso de fármacos de rescate (Holdgate A, 2003).
  • El calor local con una esterilla eléctrica a 42 ºC parece ser efectivo en la disminución del dolor y las náuseas (Kober A, 2003).
  • Ingesta hídrica: no puede establecerse ninguna recomendación sobre la efectividad de aumentar la ingesta hídrica. Esta medida tiene como finalidad acelerar el paso de los cálculos y mejorar los síntomas pero existen escasas evidencias sobre su efectividad. Los autores de la revisión comentan los posibles efectos desfavorables de la sobrecarga de volumen en un paciente con la vía urinaria obstruida aconsejando prudencia en el uso de esta medida (Springhart WP, 2006; Worster A, 2012).
  • Siete días de tratamiento con diclofenaco oral (Laerum E, 1996) reducen las recidivas y las admisiones a urgencias si comparamos con la opción de sólo tratar si hay dolor.
  • Los alfa-bloqueantes (tamsulosina, doxazosina, terazosina) o los bloqueantes de los canales de calcio (nifedipino) aumentan las tasas de expulsión, sobre todo de aquellas litiasis mayores de 5 mm (Seitz C, 2009). Las últimas evidencias apuntan a que la administración de alfabloqueadores en pacientes con cálculos ureterales <10 mm acortan el periodo y aumentan la probabilidad de expulsión del cálculo. Aunque estos fármacos pueden producir efectos adversos, habitualmente son leves y no obligan a interrumpir el tratamiento (Campschroer T, 2014). Por lo tanto, los alfabloqueadores se deben ofrecer como parte del tratamiento expulsivo médico.
  • Si la analgesia no ha hecho efecto en 1 hora, y si la clínica es típica, podemos repetir la analgesia. Si no remite, plantear derivación al hospital.
  • Filtrar la orina para identificar la expulsión del cálculo.
Se recomienda derivar al hospital cuando (Wright PJ, 2002):
  • La analgesia con AINES no ha hecho efecto en 1 hora, por riesgo de afectación de la función renal debido a la obstrucción persistente.
  • Náuseas refractarias al tratamiento.
  • Fiebre, infección o anuria.
  • Enfermedades debilitantes.
  • Mayores de 60 años.
  • Embarazadas (Tiselius HG, 2008).
  • Riñón único funcionante o trasplantados.
  • Causas que limitan la analgesia como úlcera duodenal, sangrados, etc., se podría utilizar protección gástrica o un tratamiento alternativo como el metamizol.